Sondas de humedad en suelo

IMG_6157El ahorro de agua es uno de los aspectos en los que las últimas tecnologías más están avanzando a la hora de ayudarnos a los profesionales del campo. Los sensores de humedad en profundidad, en todas sus variantes, nos están aportando información que hace poco no teníamos y que nos ayudan a conocer qué está pasando en nuestro suelo, que es un gran desconocido.

Cuando en el campo predominaban los cultivos herbáceos y llegaba época de sequía, nos decantábamos por cultivos de secano y pasábamos la mala racha debajo del caparazón. Pero ahora, con la proliferación de la arboleda tenemos que aprender a ahorrar hasta la última gota de agua, ya que la que ahorremos hoy será la supervivencia del cultivo mañana.

Las sondas de humedad nos pueden hacer aprovechar al máximo el agua, con el ahorro que también supone en  energía. Mi forma de instalar los sistemas de detección de humedad en suelos de arboleda, es con sensores a tres niveles de profundidad. Uno en superficie (20 cm), que marca muy bien el inicio del riego, otro a media profundidad (40 cm), donde acaba la zona más colonizada por raíces, y otro más profundo (60 a 80 cm dependiendo de las características del perfil), para indicarnos el límite donde comenzamos a desperdiciar agua por escorrentía.

Muchas empresas ofrecen hoy día estos servicios, algunos incluso con sistemas de determinación de humedad continuos a lo largo de todo el perfil. Unos son más invasivos que otros a la hora de instalarlos. En cuanto a lectura de los datos, desde los más sencillos, que debemos ir al campo a capturarlos, hasta los más avanzados que nos ofrecen gráficas de nuestro suelo en tiempo real en móvil, tablet u ordenador, pudiendo estudiar los tiempos de riego y la evolución de la humedad a lo largo del tiempo. Y, a efectos prácticos, ¿para qué nos sirven? Básicamente para saber cuántas horas debe tener cada riego sin malgastar agua, y cada cuántos días regar, pero con datos en la mano en lugar de con intuiciones.

En los primeros meses de trabajo con este tipo de sistemas aprendemos mucho de manejo de riego, más de lo que nos esperamos, aunque siempre debemos acompañarlo de la observación en campo con la tradicional azada o con una barrena, que es otro gran descubrimiento. Si aún no os habéis instalado unas sondas, os las recomiendo, aún más con la campaña que se avecina, en la cada gota ahorrada cuenta.

(Publicado en la revista de noviembre de 2017 de ASAJA Córdoba)

2 comentarios

Hola Ricardo, en mi opinión las sondas de humedad son un instrumento muy útil. He escuchado opiniones que dicen que no son útiles en el caso de parcelas con suelos poco uniformes pero creo que los agricultores conocen perfectamente el tipo de suelo de sus fincas y la representatividad que pueden dar las lecturas de las sondas es alta en un número muy alto de casos. También se puede optar por colocar sondas en más de un punto (a costa de aumentar el presupuesto, claro). La posibilidad de disponer de la información en tiempo real por medio de tarjetas de telefonía móvil también es una gran ventaja. Buen artículo.

Buen artículo Ricardo: concreto, práctico, útil y déjame que te diga que también tiene una virtud: es «desapasionado». Y digo esto porque apuntas las ventajas y los inconvenientes, sin «vender humo». Se trata de una herramienta más, muy útil; y que es un camino más para entender cómo funcionan las cosas en los cultivos y en particular con el movimiento y cantidad de agua en el suelo. Nosotros seguimos el lema de «Si no lo puedes medir, no lo puedes gestionar» y las sondas nos proporcionan una información más. Lo complementamos con datos climáticos para tener una referencia sobre la Evapotranspiración y con los datos de consumo por cada pulso de riego. . . y con la experiencia!. En fin, en IG4 llevamos muchos años practicando este tipo de técnicas y los resultados nos marcan el camino a seguir. Enhorabuena por tu Buena Práctica.
Un cordial saludo,
Juan Carlos

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