Otoñada

En todos los manuales de autoayuda y similares advierten de que estas fechas son peligrosas para el ánimo, un poquito depresivas. Me da a mi que los que escriben esas cosas no están muy en contacto con el campo.

Después de un verano con tres olas de calor y sin una gota de agua ha llegado el otoño con tres días de lluvia suave, intensa y oportuna que han dejado el campo saturado. Acompañados de días frescos, los naranjos han respirado, han brotado, se han puesto más anchos. Las calles entre árboles se han llenado de hierba en sólo una semana y las naranjas y aceitunas han engordado a ojos vista.

Han sido también un respiro para los que nos preocupamos por los naranjos. Hemos podido hacer una pausa en los riegos de al menos quince días, los árboles han podido tomar los nutrientes de la parte del suelo que no estaba disponible en el verano y las plagas de arañas y otros enemigos parece que comienzan a remitir con el agua y el frío de la noche.
Y sobre todo nos deja la esperanza de que este año venga cargado de agua. No pedimos la barbaridad de lluvia que cayó hace dos y tres años, pero al menos que sea una año normalito, que aumente el agua embalsada y que nos haga ver el futuro con más optimismo, que falta nos hace.
Por todo esto recomiendo a quien el otoño le ponga triste que salga cuando pueda a dar una vuelta por la sierra o por la campiña, que mire a su alrededor, que respire los nuevos aromas que trae el otoño y que se deje contagiar por el optimismo que nos trae la naturaleza.

6 comentarios

Muy buena reflexión, la verdad es que las últimas lluvias han venido de perlas para que el tamaño de los Frutos se vea incrementado sustancialmente, hacía falta.
Referente a las llamadas «depresiones otoñales» como bien dices, que se den una vuelta por el campo, que respiren aire puro y que disfruten de la Naturaleza, si además se comen unas mandarinas pues mejor, es muy bueno para la salud. 😉

Muy buenos el blog y el post! Como te dije en twitter, me iba a pasar por aquí. Y lo prometido es deuda. Yo empiezo (creo que como tú) en la blogosfera, también ligada al Medio Rural (http://ruralzone.blogspot.com.es/), así que sé que es una motivación, que la gente lea y comparta tus contenidos. Al fin y al cabo, compartir es crecer. Y para el Desarrollo Rural los Social Media pueden ser una herramienta (de hecho ya lo son) fabulosa. ¡Enhorabuena y saludos!

Me encanta la entrada, igual que me fascina el otoño. 🙂

A quienes les deprime les diría, como vosotros, que saliese a la campiña, que pasease entre los árboles de hoja caduca que convierten cada otoño en un homenaje para la vista (como el caso extremo y precioso de la «primavera de cobre» de zonas de castaños como el valle del Genal en Málaga).

Ojalá la suerte esté con nosotros y llueva bastante este año. Además de necesaria es, a mi parecer, una maravilla más que disfrutar.

Un abrazo.

Totalmente de acuerdo con las reflexiones de Ricardo. La brotación que ha venido desde las lluvias de final de Septiembre y la mejora evidente en unos calibres que se habían quedado muy cortos después de la paliza de julio y agosto son evidentes. Ahora falta ya otro golpe, puestos a pedir!!!

Muy buena reflexión.
Nosotros tenemos olivos y 4 naranjos que se les notaba la falta de agua y con tanto como ha llovido se les ha notado el tirón.
A mi no me entristece el otoño, nos trae vida al campo: algunos esparraguillos , las setas, los cakis, las naranjas, las coles, las coliflores… en fin, cosas ricas propias de la temporada.

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